Aunque a estas alturas de sobreinformación probablemente ya no sorprenda a nadie, hubo un tiempo en el que de Tolkien en España se sabía o podía saber poco más que lo que ponía de él en las solapas de sus libros, así que más de uno creyó que sus escritos eran de inspiración pagana, además de en la forma, en el fondo, cuando mira por dónde él y su compadre C. S. Lewis no eran ni siquiera lo que
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